miércoles, 15 de agosto de 2012

Del gobierno de la alta banca al gobierno propio - Juan Manuel Barreiro Arater - Pensamiento Nacional




La minoría burguesa, que había tenido el vigor necesario para adueñarse de los Estados comunitarios tradicionales, se debilita y se desgasta en el ejercicio del poder. Por otra parte, el liberalismo político que le srirvio y hoy en los estados demoliberales sirve de pantalla para encubrir la explotación desbocada del trabajo humano y el sometimiento de las empresas a la servidumbre al interés bancario del liberalismo económico, acaba, junto con el juego pseudo-democrático del sistema liberal de partidos, en realidad mera plutocracia, por ser incapaz de concretar el estadío más avanzado del capitalismo, esto es el gobierno hegemónico y supranacional de la gran banca sionista. En 1917, surge en Rusia una nueva minoría pseudo-revolucionaria que, por los mismos métodos que la burguesía de 1789 y con el apoyo de la banca internacional, se apodera del Estado y por su intermedio realiza la suprema concentración del capital en manos de una oligarquía numéricamente más reducida que la burguesa y totalmente unificada en función a la explotación de los recursos del Imperio Ruso. Luego solo se trató de hacer creer al mundo que se habían conformado dos bloques Entre las dos formas de capitalismo existen evidentemente rivalidades —como las hay entre grupos y potencias liberales y también existió durante el siglo XX entre grupos y potencias “comunistas”— pero el parentesco priva siempre en los momentos de crisis.1


El punto central es que mientras la propaganda instalaba la idea de un mundo dividido entre capitalistas y comunistas, aparentemente en pugna y en realidad en un acuerdo constante como buenos hermanos, el capitalismo lograba sea disfrazado de liberalismo, sea disfrazado de comunismo, imponerse en la totalidad del globo. Solo la Alemania Nacional Socialista, la Italia Fascista, la Argentina Peronista, y en menor medida el Brasil Varguista o el México Cardenista y otros pocos países intentaron romper la malla de acero del capitalismo sionista, por ello fueron demonizados estos regímenes por la propaganda, esto queda expuesto en el sencillo hecho de que poco y nada se conoce hoy de la economía Nacional Socialista, pero con lujo de detalle se repite una y otra vez la historia de los judíos en Alemania, poco y nada se conoce del proyecto político no concretado nunca de José Antonio Primo de Rivera y Ramiro Ledesma Ramos, pero se los considera “demonios de extrema derecha”. La propaganda del capitalismo sionista creó un mundo que a semejanza del maniqueísmo, solo es capaz de concebir lo absolutamente bueno, obviamente representado hoy por el capitalismo neoliberal a nivel global y en su momento por el capitalismo demoliberal y el bolchevismo en sus respectivas áreas de dominio, y lo absolutamente malo, la tercera vía. Fascismo pasó a designar a cualquier movimiento o actitud totalitaria o represiva, que si bien se ejercía para preservar el total dominio de la banca sionista, luego era atribuida a terceros que habían tomado el poder, no como gerentes de la banca -lo que en verdad eran-sino con un proyecto que Londres y Washington desaprobaban. ¡Vaya falacia! Pero sirvió y sirve para justificar cualquier medida “poco angelical” que deba tomar el capitalismo.
A su vez, el capitalismo muestra la declaración universal de los derechos del hombre, se erige en garante incuestionable de todo lo bueno y enemigo de todo lo malo, se reviste de piel de cordero.
El asunto es casi infantil por el grado de maquiavelismo, que usualmente debería ser evidente y poner al descubierto el verdadero carácter ultra-capitalista, al menos del bolchevismo, siendo tal vez levemente más refinada la máscara del demoliberalismo y la ficción democrática. Pero no, paralelamente a la creación de estas imágenes falaces se inyectó en la población, especialmente en los “disidentes” de izquierda en los países de dominación capitalista, el más absurdo fanatismo, haciendo que a oídos y ojos cerrados todo lo que tenga que ver con un genuino cambio en favor de la nación sea considerado de por sí, demoníaco, genocida, perverso.
Sin embargo la realidad es bien distinta y no es casual que las organizaciones nacionalistas tiendan a marginar, cuando no a ignorar por completo, toda elaboración económica e incluso a restringir la elaboración política a un mínimo.
Este restringir lo político puede explicarse en la hoy perimida idea del fascismo italiano, de que basta el orden y el combate al marxismo para instaurar un orden justo. Pro en la Italia de principios del siglo XX, la situación era muy diferente a la de la Argentina actual, por un lado, el país se había unificado pocas décadas antes, no tenía una postura económica definida cabalmente, tenía a pocos kilómetros el Imperio Soviético y bastaba entonces erradicar a los elementos marxistas y lograr un cierto orden para instalar un estado corporativista-fascista que generara bienestar para todos los italianos.
La situación Argentina es mucho más compleja, pero a su vez se cuenta con recursos que Italia o incluso Alemania, nunca tuvieron.
Ni el simple orden ni el simple corporativismo pueden por sí reconstruir la Argentina, el orden es por supuesto necesario y el corporativismo es un primer gran paso en la organización de una república social, justa y soberana.
Lo que a los países Europeos era en la primera mitad del siglo XX la Rusia Soviética, es a nosotros los Estados Unidos demoliberales, los izquierdistas, son, sin saberlo meros agentes pro-yanquis, que nos combaten, o pretenden combatirnos en pos de una fachada hoy muerta que encubría el más brutal capitalismo de estado, el bolchevismo.
Queda así pintado un cuadro de situación que nos coloca ante el verdadero problema, lo que hoy ahoga la economía nacional, empobrece a nuestros obreros y amarra a nuestras empresas al crédito sionista es la acción de los ejecutivos de la alta banca sionista, cuya sede esta en Estados Unidos y Londres, y sus filiales por todo el mundo.
Es por tanto, necesario no solo desenmascarar la realidad y hacer caer la fachada que construye la propaganda capitalista de la banca sionista internacional, sino que urge expropiar todo el capital extranjero en nuestro país.
La revolución Nacionalista, Social y comunitaria, debe comenzar, por supuesto reformando el marco legal, ya que este ha sido creado para ubicarnos en el rol de país esclavo de la alta banca, desde la constitución nacional y los tratados internacionales hacia abajo toda la legislación tiende a inmovilizarnos y drenar nuestros recursos en beneficio de la banca extranjera.
Se debe crear un nuevo ordenamiento eliminando la anonimicidad del capital y privilegiando el trabajo y la producción nacional.
El nuevo ordenamiento que deriva de los fundamentos, de las actividades monetarias y
crediticias, en unión con el rompimiento con el sistema de dinero fiduciario, reemplazado por dinero real como se explica en otro escrito 2, y con ello un posibilitamiento de creación de dinero y crédito,
correspondiente a las necesidades del aumento del volumen de la producción, que rápidamente permitiría la nacionalización -nunca la estatización- de las empresas extranjeras recién
volverá a crear las condiciones previas para la reincorporación de millones de
connacionales en el proceso de producción, que hoy están librados en la maldición del
desempleo.
Paralelamente se deben crear desde el estado planes y centros de desarrollo tecnológico nacional.

"El aprovechamiento de significativas innovaciones técnicas fecundará de
manera insospechada el mercado laboral, y conducirá a una importante floración secundaria
de la crisis económica mundial sin duda existente en el terreno de la producción técnica, lo
que permitirá a los pueblos asegurar en un más alto nivel cultural el bienestar de todos los
connacionales 3 ."

Paralelamente, es necesario destacar que el Estado no debe rebajarse jamás a actuar como comerciante o empresario, pero debe regular estrictamente para evitar la injerencia de la banca sionista, mediante la creación de cámaras reguladoras y un estricto control de la circulación del crédito, no debe poseer un banco ajeno al sector productivo a imitación de los sionistas, debe propiciar el sano funcionamiento de un banco sindical gestionado por los actores productivos, que de esta manera se auto-financian y auto-aseguran, o lo hacen solo mediante el banco de la Nación y debe contar, necesariamente estos sí estatales, con organismos que negocien en el mercado exterior, las cámaras reguladoras, las cuales sin embargo deben contar con un importante grado de injerencia sindical. Y recuerdese que la estructura sindical propuesta es la del gremio de trabajadores, es decir empresarios y obreros nacionales sumados.
Es por supuesto ridículo “privatizar” entregándole la propiedad de nuestros recursos a nuestro enemigo: La banca sionista multinacional, en cambio se debe promover por todos los medios la actividad productiva nacional y el consumo interno, eliminando la presencia de productos extranjeros y sustituyendolos por productos nacionales de calidad superior, así se logrará un pueblo materialmente satisfecho y preparado por ende para el desarrollo intelectual y espiritual, es decir, para la genuina realización humana.
El sistema político propuesto no pretende proscribir por ley los partidos políticos, excepto aquellos que resulten abiertamente antisistema como los partidos de tendencia liberal o marxista, que revisten demás el carácter de semilleros de gerentes de la banca supranacional. Los partidos del viejo orden neoliberal, se volverán rápidamente obsoletos en el nuevo sistema y la plutocracia será reemplazada por la democracia real, esto es la democracia sindical, es por ende necesario contar con los órganos de contralor necesarios para que los nuevos sindicatos funciones de manera genuinamente democrática, como ya se ha explicado.

Del gobierno de la alta banca al gobierno propio
® 2011 Juan Manuel Barreiro Arater

1Ver J.M. De Mahieu “La economía comunitaria”

2Ver J.M. Barreiro Arater “El Dinero”

3G. Feder “La propiedad privada”

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